Grenoble

Grenoble

En la ciudad de Grenoble sólo pasamos una noche de vuelta a casa desde Italia. Elegimos esa ciudad porque normalmente habíamos pasado por la costa franco-italiana y queríamos tomar otra ruta. Al final no nos salió muy bien, porque aunque la autopista es más cómoda que la zona de Génova, donde hay muchas curvas, luego nos encontramos con el Túnel de Frejus que desconocíamos que fuera tan sumamente caro (44€ sólo ida!).

Llegamos a media tarde que ya era oscuro, pero queríamos ver un poco el centro de la ciudad y habíamos visto que tendríamos tiempo de usar el teleférico para ver la ciudad y montañas desde lo alto. El hotel en el que nos alojamos, Hotel ibis Styles Grenoble Centre Gare ***, es un pequeño hotel moderno que se sitúa a unas pocas calles a pie del centro de la ciudad. La ubicación para nosotros era perfecta porque casi casi veníamos directos desde una autopista, cruzábamos el puente y enlazábamos con la otra autopista. Lo único un poco conflictivo de este hotel era el parking, con una entrada pequeña y pronunciada (es muy difícil o imposible entrar con un coche un poco grande).

Tras dejar las cosas en la habitación fuimos a ver si podíamos subir al teleférico, ya que habíamos leído que cerraban a las 7 y la chica de recepción, aunque con dudas, nos dijo que aún estaría abierto. Pero efectivamente, estaba cerrado, así que nos quedamos con las ganas de disfrutar de las vistas de Grenoble desde lo alto. Así que, dimos una vuelta por el centro de la ciudad a pie y nos dimos cuenta que el centro es muy pequeño, y quizá por el frío, no había mucha gente, a parte, que como en toda Francia, los comercios cierran pronto.

Paseamos por la ribera del río y entramos al casco antiguo por la calle Hector Berlioz para ir a la plaza de Saint-André, donde se encuentra la Colegiata de Saint-André justo enfrente del antiguo Palacio del Parlamento del Delfinato.

Colegiata de Saint-André

Continuamos por la calle du Palais y la calle Brocherie hasta llegar a la plaza de Notre Dame, donde se encuentra la Catedral de Notre Dame y el Musée de l’Ancien Évêché (Museo del Obispado Viejo).

Fuente de la Plaza de Notre Dame

Paseamos un poco por las otras callejuelas del centro y volvimos al hotel para descansar un rato.

Ya después de descansar, salimos a cenar en una pizzeria que habímos visto cerca del hotel, Pizzeria L’Adagio, y volvimos al hotel  para al día siguiente seguir nuestro camino hacia Barcelona.