Edimburgo en día y medio
Tomamos un vuelo de Barcelona a Edimburgo sobre las 11h de la mañana, por lo que llegamos a la capital escocesa sobre las 13h hora británica. La ciudad nos recibió con una fuerte lluvia, así que cargados con el carrito de bebé, la silla de coche y maletas, decidimos tomar un Uber para llegar a nuestro hotel, el OYO Victoria Park House, más rápido y sin mojarnos mucho.
Nada más salir del aeropuerto nos encontramos con un contratiempo. Había llovido tanto que varias calles de las afueras de Edimbugo estaban inundadas, de tal manera que algunos coches se habían quedado atascados, y sólo los más atrevidos (o altos) se atrevían a pasar. Por lo que nosotros, tras valorarlo, decidimos dar media vuelta e intentar encontrar otras calles que no estuvieran inundadas para llegar al hotel.
El hotel OYO Victoria House Park está un poco a las afueras de la ciudad, hacia al norte de Edimburgo, muy cercano al actual distrito de Leith, donde se encuentra el puerto de Edimburgo (y por lo tanto, el buque Royal Yacht Britannia). La situación no es la ideal, pero tiene paradas de bus cercanas que llegan al centro de Edimburgo en 15-20 minutos y un parque grande y bonito justo delante de la puerta. Ofrece desayuno, el típico scottish breakfast, además de un bar/restaurante con platos locales y un pequeño pub. Además tiene mesas fuera para cuando hace buen tiempo tomarse algo. La habitación es bastante espaciosa y es un sitio tranquilo. A pesar de su ubicación, recomendamos este hotel por su tranquilidad, la amabilidad del personal y, además, si se va en coche hay mucho sitio para aparcar en la misma calle del hotel.
Tras dejar las cosas, y a pesar que las atracciones turísticas en Escocia cierran muy pronto (16h-17h), decidimos ir a dar una vuelta por el centro para ver ya un poco la ciudad. Teníamos la opción de ir en bus urbano o tomar el bus turístico, y erróneamente, creemos, tomamos el bus turístico para acercarnos al centro. En todas las ciudades más o menos grandes nos gusta tomar el bus turístico para ver por encima las cosas y escuchar historia y curiosidades con los auriculares, pero en este caso no es tan aconsejable porque acaba pronto (tuvimos que volver al hotel en bus urbano) y además, con un niño de año y medio no se puede escuchar mucha cosa. En Edimburgo existen 3 buses turísticos: el Majestic Tour, el Edinburgh Tour y el City Sightseeing Tour, y nosotros tomamos el ticket por los 3 buses por 48 horas, ya que los ibamos a usar los dos días, por unos 27€ por persona.
Con el bus turístico pasamos cerca del Royal Yacht Britannia, en Leith, que a pesar de ser una de las mayores atracciones de Edimburgo, no pudimos verlo por dentro porque ya estaba cerrado (abre de 9:30h a 16:30h) y el día siguiente lo íbamos a dedicar a ver el castillo y centro de Edimburgo.
El bus turístico continua por Leith hacia el centro de Edimburgo por Leith Walk y Elm Row, y se acerca al Palacio de Holyroodhouse, residencia oficial de la Reina de Inglaterra en Escocia, y el Parlamento Escocés, para seguir por la Royal Mile hasta la estación central de Waverley.
Allí en Waverley, aunque hacía un día feo, con un poco de lluvía y niebla, dimos un paseo por la New Town de Edimburgo. Empezamos por la Princes Street paseando por al lado de los jardines (Princes Street Gardens). Justo al principio se encuentra el Monumento a Scott en honor al autor escocés Sir Walter Scott. Por lo visto, se puede subir al monumento por sus 287 peldaños y ver unas buenas vistas de la ciudad, pero entre que llevábamos el cochecito de nuestro bebé y que el día estaba nublado, no era quizá el mejor día para hacerlo.
Así entonces continuamos nuestro paseo por Princes Street hasta llegar a Charlotte Street y volvimos por George Street y Rose Street. Tras este paseo tomamos un bus para volver al hotel, donde cenamos en el restaurante del mismo hotel.
Al día siguiente empezamos desayunando nuestro primer Scottish Breakfast, o al menos parte de él, ya que nosotros solíamos comer huevo, salchichas, tatties (patatas) y bacon; y dejábamos para ellos las alubias, setas, tomate y salsicha negra.
Una vez desayunados fuimos de nuevo a tomar el bus turístico para ir hacia el centro de la ciudad. En este caso paramos antes para poder ver el Palacio de Holyroodhouse y desde allí subir dirección al castillo por la Royal Mile. Como antes decíamos el Palacio de Holyroodhouse, es la residencia oficial de la Reina de Inglaterra, y cuando ésta no está de visita en Edimburgo se puede visitar (precio: £15). Nosotros como teníamos poco tiempo quisimos poder ver otras partes de la ciudad y decidimos no entrar a ver el Palacio y lo vimos sólo desde fuera la verja.
Justo cruzando la calle se encuentra el Parlamento Escocés, con una forma peculiar, es obra del arquitecto catalán Enric Miralles. Se puede hacer una visita gratuita del Parlamento y a menos que no se esté realmente interesado en política escocesa, se puede ver tranquilamente en unos 15-20 minutos.
Tras visitar el Parlamento seguimos subiendo por la Royal Mile y como queríamos ir directamente al Castillo de Edimburgo tomamos de nuevo el bus turístico un poco más arriba del Parlamento, cerca del Museo de Edimburgo, pero en este caso la línea verde. Continuamos por la Royal Mile y nos desviamos para ir a encontrar la iglesia Greyfriars (de 1620) y la pequeña estatua del perro Bobby, del cual se dice que pasó 14 años junto la tumba de su dueño desde que éste falleciera.
Tras este pequeño desvío, llegamos a la parada más cercana al Castillo. Ésta se encuentra en Lawnmarket, en la parte alta de la Royal Mile. Aquí se concentran muchísimas tiendas de recuerdos y en un esquina subiendo hacia el castillo esta The Hub, una antigua iglesia reconvertida en la sede del Festival de Edimburgo.
Continuamos calle arriba hasta llegar a la explanada del Castillo, donde estaban montadas a lado y lado unas gradas, ya que muy pronto se celebraba el Tattoo Festival, que aunque pueda llevar a confusión, es un festival de desfiles militares de las fuerzas británicas, de la Commonwealth y algún otro país invitado.
A la entrada del castillo, tras pasar el puente de entrada, canjeamos nuestra Explorer Pass para acceder a este castillo y otros que teníamos planeados por el resto de la ruta por Escocia. Si se tiene en mente visitar al menos un par de castillos, abadías o palacios este pase es más que recomendable. Nosotros lo tomamos para 5 días por £35 (hay otro de 14 días por £45) y sólo con la visita al Castillo de Edimburgo y al de Stirling, ya nos salía a cuenta.
Subimos una primera cuesta y lo primero que vimos fue una batería de 6 cañones apuntado a la ciudad. Desde este punto se ve unas vistas geniales de los Jardines de la Calle de los Príncipes (Princes Street Gardens) y la zona nueva de la ciudad (New Town).
Un poco más adelante se encuentra el «One O’clock Gun», es decir, un cañón que el General de Artillería acciona a las 13h cada día (excepto los domingos). Esta tradición se realiza desde 1861 e inicialmente servía para indiciar la hora a los marineros y habitantes. Hoy en día es meramente un reclamo turístico, que nosotros al visitar el castillo por la tarde lógicamente no pudimos ver.
Justo al lado del Cañón de la Una en Punto se encuentra el bar/restaurante y los servicios, y desde aquí se ve una buena panorámica de la parte alta del castillo.
Seguimos subiendo y más arriba nos encontramos más edificios con una serie de exposiciones, como los Honores de Escocia (joyas de la Corona), el Memorial Nacional de la Guerra de Escocia o la Cárcel Militar. La mayoría decidimos obviarlos, y sólo entramos en las prisiones de guerra, por curiosidad.
Ya llegando a la parta más superior del Castillo encontramos un par de curiosidades más, como el Mons Meg, un cañón del siglo XV utilizado durante la guerra contra los franceses; y un pequeño cementerio donde se enterraban los perros del ejército.
Para acabar ya la visita al Castillo, encontramos el Palacio Real y la Capilla de Santa Margarita, que es la zona más antigua de la fortaleza y el edificio más antiguo de Edimburgo.
Dimos un paseo por toda esta zona alta y ya volvimos a bajar de nuevo por la Royal Mile de camino hacia la otra parte alta de la ciudad, Calton Hill. Situada al este de la New Town, ofrece muy buenas vistas de la ciudad y en ella se encuentran varios monumentos que recuerdan un poco a Atenas.
Hay varios caminos que llevan a la parte más alta. El primer monumento que encontramos es el Monumento a Dugald Stewart, un filósofo escocés, y desde este punto se ve unas vistas geniales de la ciudad.
Siguiendo colina arriba se encuentra el viejo Observatorio de la ciudad, el cañón portugués, el monumento a Nelson en honor al Vicealmirante Nelson tras su victoria y muerte en la Batalla de Trafalgar, y el Monumento Nacional, que pretendía homenajear a los caídos en las Guerras Napoleónicas, pero por falta de fondos no se pudo terminar y quedo sólo con doce columnas.
Una vez dada una vuelta por la colina para contemplar las visitas, decidimos volver hacia el hotel tomando un bus en una calle cercana. Al llegar, cómo íbamos con el peque, decidimos pararnos en el parque enfrente del hotel, el Victoria Park, para jugar un rato antes de despedirnos de Edimburgo y dirigirnos hacia Stirling.
Un comentario en «Edimburgo en día y medio»
Viajar con vosotros siempre es un placer, por lo bien que lo describís, y me han entrado unas ganas enormes de visitar esta ciudad tan bonita, me ha quedado claro que tengo que llevar impermeable ya que llueve mucho, muchas gracias, os animo a seguir viajando y a compartirlo.