El tercer día, decidimos hacer una excursión de snorkel para ver más de cerca las otras islas y disfrutar de las aguas cristalinas de las Gili. En la calle principal paralela a la playa hay muchas empresas que organizan submarinismo, snorkel y otra actividades acuáticas, así que fuimos a la primera que nos pareció seria y bien de precio para contratar una excursión de snorkel entre las 3 islas (7€ por persona).

Subimos en un barco con bancos laterales y eramos un grupo de unos 12-14. Por suerte, el barco tenía una cubierta, lo que hacía que el Sol no nos diera todo el rato, algo vital ya que pica mucho en el sudeste asiático. Algo importantísimo es llevar crema solar resistente al agua, ya que en poco más de 10 minutos ya estábamos listos para lanzarnos al agua a perseguir y contemplar tortugas.

Era divertido poder ver las tortugas pero quizás era un poco molesto que hubiera tanta gente, porque a parte de nuestro grupo también había otros barcos haciendo más o menos lo mismo. Volvimos al barco e fuimos a otro lugar para ver otras tortugas y fondo marino. Entonces nos dirigimos a la isla de Gili Air para comer.

Gili Air es una isla más pequeña y más tranquila. Por lo que leímos más tarde y lo que pudimos ver, quizá hubiera estado bien dormir allí para descansar más, aunque el alojamiento es más caro. Llegamos a una playa de arena blanca y tuvimos tiempo de comer comida típica indonesia y hacer un bañito en la misma playa de delante del restaurante. No teníamos mucho tiempo, así que teníamos que elegir entre dar una vuelta rápida por la isla o bañarnos en esa playa. Y de las playas vistas hasta ese momento, era la mejor que habíamos visto.

Tras comer y bañarnos en la playa, volvimos hacia Gili Trawangan, pero como todavía teníamos tiempo paramos una vez más para hacer snorkel. La verdad es que a todos nos daba bastante pereza, pero teníamos que aprovechar que de lugares como este no se disfruta cada día. Así que bajamos y vimos el barco hundido que hay entre las islas y al cabo de un rato ya volvimos hacia Gili Trawangan.

Nos quedamos un rato más en la playa de Gili Trawangan tumbados en una tumbona con un cocktail y disfrutando del paisaje relajados.

De nuevo, volvimos al hotel, nos duchamos y salimos a cenar en un bar de la zona animada. Tras cenar, nos quedamos otra vez por la zona tumbados tomando algo.