Día 1: Castel Sant’Angelo y centro de Roma

Día 1: Castel Sant’Angelo y centro de Roma

Nuestra visita a Roma empezó por la tarde, después de haber visitado la Ciudad del Vaticano.

Andamos hasta Castel Sant’Angelo, una fortaleza que se construyó como refugio para los papas durante los ataques a la ciudad santa. El castillo está cerca del Vaticano pero ya como veníamos de los museos tuvimos que dar más vuelta, pasando por Piazza del Risorgimento, Via Porcari y Via Vitelleschi hasta llegar a la fortaleza en unos 15 minutos.

Castel Sant’Angelo

Utilizamos la tarjeta Roma Pass (incluida en la Omnia Pass) para el primer de los dos monumentos que teníamos incluidos. Ya era oscuro cuando empezamos la visita y pasamos mucho frío ya que gran parte de la visita es al exterior y la mayoría de las salas que se pueden ver no tienen calefacción. A pesar del frío las vistas desde la azotea del castillo son preciosas. De hecho es el mejor sitio para ver el Vaticano y su Basilica di San Pietro y el Vaticano y los muchos puentes que cruzan el río Tevere.

Puentes sobre el río Tevere

Tras más de una hora de visita, decidimos dar un paseo por el centro de la ciudad. Cruzamos el río por Puente Sant’Angelo y nos adentramos por callejuelas del centro hasta llegar a Plaza Navona, una de las más famosas y grandes de Roma.

Piazza Navona

Nos paramos para hacer un par de fotos a la imponente Fontana dei Quattro Fiumi y seguimos hacia el Pantheon. La entrada al Pantheon es gratuita así que fuimos a echar un vistazo a este monumento. La fachada con columnas es la típica de un templo griego (de hecho era el templo de todas las divinidades del tiempo) pero dentro se presenta como una capilla: es de planta circular y tiene un agujero en el medio del techo a través del cual se puede ver el cielo. Al interior de la que ahora se usa como iglesia, hay las tumbas de personajes históricos, como las de los dos primeros reyes de Italia, Vittorio Emanuele II y Umberto I.

Fachada del Pantheon

Seguimos nuestro paseo hacia el Templo de Adriano y ya seguimos hasta la Fontana de Trevi. Había mucha gente alrededor de la fontana, pero la verdad es que se puede notar su belleza igualmente. La encontramos preciosa, sin duda una de los monumentos imprescindibles de Roma, y uno de los símbolos para no dejar de ver en la visita a la capital. Aunque la vimos primero de noche, la Fontana está muy iluminada y los juegos de agua y el mármol de las estatuas y de su estructura se pueden apreciar igualmente, y quizás hay una atmósfera más romántica de noche que de día.

Fontana di Trevi

Para concluir nuestro día, nos dirigimos hasta la parada de metro”Barberini” que se encuentra en Plaza Barberini. Antes de volver al hotel, ya que era la hora de cenar, paramos en un restaurante que encontramos justo el la plaza, delante la parada de metro. De allí nos fuimos directamente al hotel a recuperar fuerzas.

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