Hemos dejado para el último día en Boston la visita a la Universidad de Harvard y a la Prudential Tower para poder disfrutar de las vistas de toda la ciudad desde la altura del rascacielos.

Hemos tomado la línea roja del metro desde Broadway hasta la parada Harvard, 7 paradas desde nuestro hotel, unos 20 minutos en metro.

Justo al salir del metro nos hemos encontrado con un quiosco en Harvard Square donde ofrecían visitas guiadas a la Universidad de Harvard hecha por estudiantes de la misma. Habíamos estado mirando para hacer visitas con estudiantes porque estaban muy bien valoradas por diferentes fuentes y además creemos que si visitas la Universidad por tu cuenta no te enteras mucho de qué ver ni sabes ninguna anécdota que los estudiantes cuentan.

Hemos comprado los tickets para el tour en el quiosco de la plaza por 12$ cada uno para aproximadamente una hora de visita. El chico que nos tocó, Cormarc, es un estudiante de tercer año en Harvard y por lo visto le encanta todo lo relacionado con su universidad y sus tradiciones, así que el tour ha resultado ser muy interesante y el relato divertido, por lo tanto, lo aconsejamos al 100%.

Los sitios que hemos visitado son, en orden de visita: la Johnston Gate, entrada de Harvard con su célebre puerta. Existe la leyenda que dice que sólo se puede pasar dos veces por esa puerta: una cuando se entra como estudiante, la segunda cuando se sale como diplomado; si se pasa otras veces en el medio lleva mala suerte. Nosotros entramos sin saberlo una vez, y por suerte salimos y volvimos a entrar por la puerta lateral, así que en principio hemos respetado la tradición y no nos hemos provocado ninguna mala suerte. Hemos visto justo después de la entrada a lado derecho, el Massachusettts Hall (donde viven los profesores y algunos estudiantes de primer año) y a lado izquierdo el Harvard Hall.

Hemos seguido recto hasta la estatua de John Harvard, llamada también la estatua de las 3 mentiras. Y por qué de las tres mentiras? Primero, el hombre de la estatua no es J. Harvard, si no, se supone, un estudiante; segundo, el año de fundación que lleva la estatua no es el correcto; y tercero, John Harvard no fue el fundador de la Universidad, si no el señor que hizo una enorme donación a la universidad.

Hemos seguido por la izquierda pasando al lado del Thayer Hall, hasta llegar a una plazita con el Science Center enfrente. Éste es uno de los pocos edificios de la universidad que no es de ladrillo rojo, si no un enorme bloque de cemento que se parece a una cámara de fotos (se dice que la estructura se parece a una cámara también porque la familia Polaroid donó una exorbitante cantidad de dinero para su construcción).

A la derecha del Science Center se encuentra el Memorial Hall, un edificio de estilo gótico victoriano que se divide en el Sanders Theatre, el Memorial Transept y el Annenberg Hall. Éste último, es muy parecido a la sala común de Harry Potter, ya que la de la película está inspirada en la sala de Oxford, y tanto la de Harvard como la de Oxford fueron diseñadas por el mismo arquitecto.

Hemos vuelto al patio principal de Harvard y hemos parado a mirar la Memorial Church, la iglesia del campus. En ella se permite a los estudiantes de Harvard celebrar un par de bodas al mes, pero esta posibilidad se ha convertido en algo popular y la demanda es altísima, así que los estudiantes tienen que apuntarse en listas de espera que suelen ser de entre 5 y 10 años.

Al lado opuesto del Harvard Yard se erige la Widener Library, financiada por completo por la señora Eleanor Widener, construida en honor a su hijo Harry, un apasionado de los libros y ex estudiante de Harvard, fallecido en el Titanic junto a su padre. Una curiosidad de la biblioteca es que la fachada no se puede cambiar en absoluto, como condición puesta por la familia Widener, así que la biblioteca se ha ido expandiendo hacia abajo, y a día de hoy tiene 4 plantas subterráneas.

Hemos seguido hacia la derecha de la biblioteca hacia los edificios de Boylston y Wigglesworth para salir del complejo principal hacia la calle Holyoke hasta el edificio donde viven los estudiantes seniors, el Lowell House. Enfrente el Malkin Atheltic Center y un poco más lejos el Winthrop House, pabellón deportivo de los estudiantes de Harvard.

Una vez concluido el tour hemos parado a comer un plato de pasta en el restaurante Pinocchio’s.

Hemos vuelto hacia el centro de Boston con la línea roja de metro para cambiar a la verde y llegar a Fenway.

En esta zona se encuentra el famoso estadio de los “Red Socks”,  el Fenway Park. Éste se encuentra en medio de un barrio lleno de tiendas y sobretodo bares y pubs alrededor. Ofrecen un tour de 20$ para entrar a visitar el museo y el estadio del equipo de béisbol, pero como nosotros no somos para nada seguidores de este deporte lo hemos dejado, y nos hemos contentado con hacer fotos del exterior.

Hemos andado por Ipswich Street y por Boylston Street hasta la Prudential Tower, un enorme edificio de 52 pisos con un centro comercial en la planta baja. En el pisto 50 hay un mirador que permite ver la ciudad desde las alturas a 360°. El ticket para acceder al  mirador vale 19$ por persona y permite entrar dos veces al mirador, una de día y una de noche; además el ticket incluye una audio guía que explica muchos monumentos de interés de la ciudad que se van viendo dando la vuelta por el mirador. Pensábamos quedarnos poco rato pero al final nos hemos quedado casi dos horas, ya que nos ha interesado mucho escuchar las explicaciones de la audio guía e ir ubicándonos con todo lo que visitamos ayer y completar lo que no hemos tenido tiempo de ver.

Al salir de la Prudential Tower hemos vuelto a pasear por Boylston para ver la Boston Public Library que contiene 8,9 millones de libros. No hemos podido entrar porque ya estaba cerrada (cierra a las 17h) así que hemos continuado hasta la Trinity Church, la iglesia más antigua de Boston. En este caso hemos tenido suerte en la iglesia ya que había un concierto gratuito de un coro de música gospel al que hemos podido asistir por un rato.

Ya por acabar, desde la iglesia hemos dado un paseo hasta el hotel, una media horita andando, aprovechando también para visitar Boston de noche.